"Hijos de Santa Ana"
PRIMERA
LECTURA
Lectura
del libro del libro de Isaías 50,4-7
Mi
Señor me ha dado una lengua de discípulo, para saber decir al abatido una
palabra de aliento. Cada mañana me
despierta el oído, para que escuche como
los discípulos. El Señor me abrió el oído, y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la
espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que tiraban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni
salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como roca, sabiendo
que no quedaría defraudado.
Palabra
de Dios
SALMO
RESPONSORIAL SAL 21
R:
DIOS MÍO, DIOS MÍO ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Al
verme, se burlan de mí,
hacen
muecas, menean la cabeza:
<<Acudió
al Señor, que lo ponga a salvo;
que
lo libre, si tanto lo quiere>>. R.
Me
acorrala una jauría de mastines,
me
cerca una banda de malhechores;
me
taladran las manos y los pies,
puedo
contar mis huesos. R.
Se
reparten mi ropa,
echan
a suerte mi túnica.
Pero
tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza
mía, ven corriendo a ayudarme. R.
Contaré
tu fama a mis hermanos,
en
medio de la asamblea te alabaré.
Fieles
del Señor, alábenlo;
linaje
de Jacob, glorifíquenlo;
témanlo,
linaje de Israel. R.
SEGUNDA
LECTURA
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Cristo,
a pesar de su condición divina, no hizo
alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó
hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó
sobre todo y le concedió el <<Nombre—sobre—todo—nombre>>; de modo
que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.
Palabra
de Dios.
CRISTO, POR NOSOTROS, SE
SOMETIÓ INCLUSO A LA MUERTE, Y UNA MUERTE DE CRUZ. POR ESO DIOS LO LEVANTÓ
SOBRE TODO Y LE CONCEDIÓ EL <<NOMBRE-SOBRE-TODO-NOMBRE>>
EVANGELIO
Pasión
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 26,14-27,66
C. En aquel tiempo, uno de los
Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
S. <<¿Cuánto me dan si les
entrego a Jesús?>>
C. Ellos acordaron
darle treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión
propicia para entregarlo.
C. El primer día de los Ázimos se
acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron
S. <<¿Dónde quieres que te
preparemos la cena de Pascua?>>.
C. Él contestó:
+. <<Vayan a
la ciudad a casa de Fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi hora está cerca; deseo
celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”>>.
C. Los discípulos cumplieron las
instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
C. Al atardecer se puso a la mesa
con los Doce. Mientras comían dijo:
+. << Les aseguro que uno de
ustedes me va a entregar>>
C. Ellos,
consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S. <<Señor, ¿acaso seré
yo?>>.
C. Él respondió:
+. << El que ha mojado su pan
en el mismo plato que yo, ése me va entregar: El Hijo del hombre se va, como
está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más
le valdría no haber nacido>>.
C. Entonces
preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S. <<¿Soy yo acaso,
Maestro?>>
C. Él respondió:
+ << Tú lo has
dicho>>.
C. Durante la cena, Jesús tomó pan
, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
+ << Tomen y coman: esto es
mi cuerpo>>
C. Y, cogiendo una copa, pronunció la acción de
gracias y se la dio, diciendo:
+. << Beban todos de ella,
porque ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos para el
perdón de los pecados.
Y les digo que
no beberé más del fruto de la vid, hasta el día que beba con ustedes el vino
nuevo en el reino de mi Padre>>.
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos.
C. Entonces Jesús les dijo:
+. << Esta noche van a caer
todos por mi causa, porque está escrito: “Heriré al pastor, y se dispersarán
las ovejas del rebaño”.
Pero cuando
resucite, iré antes que ustedes a Galilea>>.
C. Pedro replicó:
S. <<Aunque todos caigan por
tu causa, yo jamás caeré>>.
C. Jesús le dijo:
+. << Te aseguro que esta
noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces>>.
C. Pedro le replicó:
S. << Aunque tenga que morir
contigo, no te negaré>>.
C. Y lo mismo decían los demás
discípulos.
C. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto,
llamado Getsemaní, y les dijo:
+. << Siéntense aquí, mientras yo voy allá a orar>>.
C. Y, llevándose a Pedro y a los dos hijos de
Zebedeo, empezó a entristecerse y a
angustiarse. Entonces dijo:
+. << Me muero de tristeza;
quédense aquí y velen conmigo>>.
C. Y, adelantándose un poco, cayó
rostro en tierra y oraba diciendo:
+. <<Padre mío, si es
posible, que pase y se aleje de mí este cáliz. Pero no se haga lo que yo
quiero, sino lo que tú quieres>>.
C.Y se acercó a los discípulos y
los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
+. << ¿No han podido velar
una hora conmigo? Velen y oren para no caer en la tentación, pues el espíritu
es decidido, pero la carne es débil>>.
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
+. <<Padre mío, si este cáliz no puede
pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad>>.
C. Y, viniendo otra vez, los encontró dormidos,
porque los ojos se les cerraban de sueño. Dejándolos de nuevo, por tercera vez
oraba, repitiendo las mismas palabras. Luego se acercó a sus discípulos y les
dijo:
+. <<Ya pueden dormir y
descansar. Miren, está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado
en manos de los pecadores. ¡Levántense, vamos! Ya está cerca el que me entrega>>.
C. Todavía estaba hablando, cuando
apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tumulto de gente, con espadas
y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor
les había dado esta contraseña:
S. << Al que yo bese, ése es;
deténganlo>>.
C. Después se acercó a Jesús y le
dijo:
S. <<¡Te saludo,
Maestro!>>.
C. Y lo besó. Pero Jesús le dijo:
+. <<Amigo, ¿a que
vienes?>>.
C. Entonces se acercaron a Jesús y
le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con él agarró la espada,
la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús
le dijo:
+. <<Envaina la espada; quien
usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre?. Él me
mandaría enseguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se
cumpliría la Escritura, que dice que esto tiene que pasar>>.
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
+. <<¿Han salido ustedes a
prenderme con espadas y palos, como a un bandido?. A diario me sentaba en el
templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvieron>>.
C. Todo esto ocurrió para que se
cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel momento todos los
discípulos lo abandonaron y huyeron.
C. Los que detuvieron a Jesús lo
llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los
escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta el palacio del sumo
sacerdote, entró y se sentó con los criados para ver en qué terminaría todo
aquello. Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso
testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar
de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos,
que dijeron:
S. << Éste ha dicho: “Puedo
destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días”>>.
C. El sumo sacerdote se puso en
pie y le dijo:
S. <<¿ No tienes nada que
responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?>>.
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo
sacerdote le dijo:
S. <<Te conjuro por Dios vivo
a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
C. Jesús le respondió:
+. <<Tú lo has dicho. Más
aún, yo les digo: Desde ahora ustedes verán que el Hijo del hombre está sentado
a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo>>.
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó
sus vestiduras, diciendo:
S. << Ha blasfemado. ¿Qué
necesidad tenemos ya de testigos? Acaban de oír la blasfemia. ¿Qué
deciden?>>.
C. Y ellos contestaron:
S. << Es reo de
muerte>>.
C. Entonces le escupieron a la cara y lo
abofetearon; otros lo golpearon, diciendo:
S. <<Adivina, Mesías; ¿quién te ha
pegado?>>.
C. Pedro estaba sentado fuera en
el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
S. << También tu andabas con
Jesús el Galileo>>.
C. Él lo negó delante de todos
diciendo:
S. <<No sé qué quieres
decir>>
C.Y, al salir al portal, lo vio
otra y dijo a los que estaban allí:
S. <<Éste andaba con Jesús el
Nazareno>>.
C. Otra vez negó él con juramento:
S. << No conozco a ese
hombre>>.
C. Poco después se acercaron los
que estaban allí y dijeron a Pedro:
S. <<Seguro; tú también eres
de ellos, te delata tu acento>>.
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
S. <<No conozco a ese
hombre>>.
C. Y enseguida cantó un gallo. Pedro se acordó de
aquellas palabras de Jesús: <<Antes de que cante el gallo, me negarás
tres veces>>. Y, saliendo afuera, lloró amargamente
C. Al hacerse de día, todos los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la
condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a Pilato,
el gobernador. Entonces judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús,
sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes
y ancianos, diciendo:
S. <<He pecado, he entregado
a la muerte a un inocente>>.
C. Pero ellos dijeron:
S. << ¿A nosotros qué? ¡Allá
tú!>>.
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó;
y fue y se ahorcó. Los sumos sacerdotes recogiendo las monedas dijeron:
S. << No es lícito echarlas
en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre>>.
C. Y, después de discutirlo,
compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por
eso aquel campo se llama todavía <<Campo de Sangre>>. Así se
cumplió lo escrito por Jeremías el profeta: <<Y tomaron las treinta
monedas de plata, precio que le pusieron los hijos de Israel, y pagaron con
ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor>>.
C. Jesús fue llevado ante el gobernador,
y el gobernador le preguntó:
S.
<< ¿Eres tú el rey de los judíos?>>.
C: Jesús respondió:
+. << Tú lo dices>>
C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y
los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. << ¿No oyes cuántos cargos
presentan contra ti?>>.
C.- Como no contestaba a ninguna
pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador
solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso
famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
S. << ¿A quién quieren
ustedes que les ponga en libertad, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el
Mesías?>>.
C. Pues sabía que lo habían
entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le
mandó a decir:
S. <<No te metas con ese
justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él>>.
C. Pero los sumos sacerdotes y los
ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la
muerte de Jesús. El gobernador preguntó:
S. << ¿A cuál de los dos quieren
ustedes que les ponga en libertad?>>.
C. Ellos dijeron:
S. <<A Barrabás>>.
C. Pilato les preguntó:
S. << ¿Y qué hago con Jesús,
llamado el Mesías>>.
C. Contestaron todos:
S. <<Crucifícalo>>.
C. Pilato insistió:
S: <<Pues, ¿qué mal ha
hecho?>>.
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
S. << ¡Crucifícalo!>>.
C. Al ver Pilato que todo era
inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó
las manos en presencia de la multitud, diciendo:
S. <<Soy inocente de esta
sangre. ¡Allá ustedes!>>.
C. Y el pueblo entero contestó:
S. << ¡Su sangre caiga sobre
nosotros y sobre nuestros hijos!>>.
C. Entonces les soltó a Barrabás; y
a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados del
gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda
la tropa: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando
una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la
mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:
S. << ¡Salve, rey de los
judíos!>>.
C. Luego le escupían, le quitaban
la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron
el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron
a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando
llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: “La Calavera”), le dieron
a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de
crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron
a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación:
<<Este es Jesús, el rey de los judíos>>. Crucificaron con él a dos
bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
C. Los que pasaban lo injuriaban y
decían, moviendo la cabeza:
S. <<Tú que destruías el
templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo, si eres Hijo de
Dios, baja de la cruz>>.
C. Los sumos sacerdotes con los
escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
S. <<A otros ha salvado, y él
no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y le
creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre
ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?>>.
C. Hasta los bandidos que estaban
crucificados con él lo insultaban.
C. Desde el mediodía hasta la
media tarde, vinieron las tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde,
Jesús gritó:
+. << Elí, Elí; lamá
sabaktaní>>
C. Lo que quiere decir:
+. <<Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?
C. Al oírlo, algunos de los que
estaban por allí dijeron:
S. <<A Elías llama
éste>>
C. Uno de ellos fue corriendo;
enseguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le
dio a beber.
Los demás
decían:
S. <<Déjalo, a ver si viene
Elías a salvarlo>>.
C. Entonces Jesús, dando de nuevo
un fuerte grito, exhaló el espíritu.
Todos se
arrodillan, y se hace una pausa.
C. En esto, el velo del templo se
rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las
tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron.
Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y
se aparecieron a muchos.
El centurión y
sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba,
dijeron aterrorizados:
S. <<Verdaderamente éste era
Hijo de Dios>>.
C. Había allí
muchas mujeres que miraban de lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde
Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de
Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.
Al anochecer,
llegó un hombre rico de Arimatea,
llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a
pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato
mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en
una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una
roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María
Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro. A
la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los
sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. <<Señor, nos hemos
acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: “A los tres días
resucitaré”. Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día,
no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: “Ha
resucitado de entre los muertos”. El último engaño sería peor que el
primero>>.
C. Pilato contestó:
S. <<Ahí tienen ustedes la
guardia: vayan y aseguren el sepulcro lo mejor que puedan>>.
C. Ellos fueron, sellaron la piedra
y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.
Palabra del
Señor.
DEBEMOS VIVIR SANTAMENTE LA SEMANA “SANTA”
Aunque para una gran mayoría esta semana
que llamamos santa se reduzca a cuatro o cinco días de vacaciones y descanso, nosotros, los cristianos, debemos
vivirla santamente, porque en esta semana conmemoramos la pasión y muerte del
Santo, de nuestro Redentor. El hecho de que para la gran mayoría de los
ciudadanos no sea una semana “santa”, sino simplemente unos días de vacaciones
y descanso, no nos dispensa a los cristianos de nuestra obligación de celebrar
lo más santamente que podamos lo que conmemoramos estos días.
En
este día de Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa, contemplamos a un
hombre que entra en Jerusalén en medio del clamor de las multitudes, aunque su
intención no era agradar a las masas, sino cumplir la voluntad de su Padre
Dios. Hoy contemplamos a un hombre que entra humilde, montado en un pollino,
que hace las veces de “carroza” que entra a un Rey, pero un Rey peculiar, ya
que empezó a reinar en un pesebre maloliente, rodeado de pastores pobres y
andrajosos, en un pueblo perdido de la montaña. Hoy contemplamos a un hombre
que va a pasar de la ovación a la condena en cuestión de días, ya que su Reino
no es de poder, ni dominio, sino de paz, amor, libertad y justicia para todos
por igual. Y eso, aunque nos parezca inaudito, le va a llevar a la muerte. Hoy
contemplamos a un hombre que entra en Jerusalén como Rey, pero que va a reinar
desde el servicio, lavando los pies de sus discípulos; desde la entrega de su
vida por todos nosotros; desde la humildad del Siervo de Yahvé: “ofrecí
la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No
oculté el rostro a insultos y salivazos”. Hoy contemplamos a un hombre
que, con su muerte en la Cruz, rompió el velo del Templo, la distancia que
existía entre Dios y la humanidad. Hoy contemplamos a Dios que se acerca a
nosotros como nunca, como nadie lo ha hecho, en Jesús, muerto y resucitado.
Pero,
la gente que aclamó a Jesús y le siguió en su entrada a Jerusalén, días después
gritó que lo crucificaran. Los discípulos le abandonaron, solo quedó Juan al
pie de la Cruz, con su madre y las otras mujeres. El domingo de Ramos es un día
muy bonito para seguir a Jesús, pero después vendrá la noche del jueves santo,
y el viernes santo, y habrá que estar ahí. Y habrá que pasarlo, para poder
llegar al Domingo de Pascua. Hay que pasar por la Pasión para llegar a la
Resurrección. ¿Estaremos nosotros dispuestos a seguir al Maestro en todo
momento? ¿Cómo es nuestro seguimiento de Jesús? ¿Cómo es nuestra fe en Él?
Entremos
con Él en Jerusalén. Vamos a sentarnos a la mesa en la noche del Jueves Santo y
a cenar con Él, como uno más de sus discípulos. Y escucharemos de sus labios: “hagan
esto en memoria mía”. Velemos con Él la noche del jueves. Oremos con Él
en el huerto de los Olivos. Acompañémosle hasta sus últimos instantes de vida.
Escuchemos el viernes santo el relato de su pasión, que nos muestra a un Cristo
solidario con la humanidad que sufre, por cualquier causa. Lo hemos escuchado
en la segunda lectura: “se despojó de su rango y tomó la condición
de esclavo, pasando por uno de tantos… y se rebajó hasta someterse a la muerte,
y una muerte de cruz”. Y si permanecemos fieles hasta el final,
contemplaremos con alegría la gran Pascua en la noche de la resurrección. Y
podremos vivir el Domingo, la Pascua, el día del gozo y la alegría, y gritar
que Jesús ha resucitado, que nuestra vida tiene un sentido nuevo, profundo y auténtico.
Ha merecido la pena.
PLEGARIA UNIVERSAL
1.- Por la Santa Iglesia de Dios, para que viva siempre con la mirada puesta en
Cristo, y que en su cruz aprenda a ser donación para todos los hombres……………Roguemos al
Señor.
2.-Por el Papa FRANCISCO,
los obispos, sacerdotes y fieles, que con dedicación han recorrido este camino
cuaresmal, haz que sus privaciones, oraciones y limosnas conviertan los
corazones de todos a tu amor……………Roguemos al Señor.
3.-Por todos los enfermos, los que están solos, los
pobres, todos aquellos que Cristo ha amado con más profundidad, para que
también el resto de la humanidad, vuelque sobre ellos sus preferencias…………………Roguemos al
Señor.
4.- Por las vocaciones sacerdotales, religiosas y
laicales, para que muchos respondan con
valentía y perseverancia a tu llamado y sean fieles testigos del Evangelio en
todo el mundo……………..Roguemos al Señor.
5.-Por todos los que celebramos esta Eucaristía, para que
el camino que emprendemos, nos lleve a trasformar nuestro interior, mediante el
sacrificio de la cruz para resucitar al hombre nuevo………………………..Roguemos al
Señor.
AVISOS
PARROQUIALES
1.- Se invita a la comunidad a formar parte de los
adoradores del santísimo sacramento, las inscripciones están abiertas en
secretaria y a la salida del templo.
2.- Las lecturas a proclamar el JUEVES, VIERNES, Y SÁBADO SANTO es decir el TRIDUO PASCUAL, se encuentra en nuestra revista THEOTOKOS, que se está ofreciendo a la
salida del templo
3.- Se están ofreciendo los vasitos que se colocaran
en el MONUMENTO de Jueves Santo
durante la adoración al santísimo y que podrán llevárselo a su casa al día
siguiente.
BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR
LECTURAS DE LA
SEMANA
Lun. Is. 42, 1-7
/ Sal 26 / Jn 12, 1-11.
Mar. Is. 49, 1-6 / Sal 70 / Jn 13, 21-33.36-38.
Mie. Is. 50,
4-9 / Sal 68 / Mt 26, 14-25
Jue. Ex.
12, 1-8.11-14 / Sal 115 / 1 Co 11,23-26 / Jn 13,1-15
Vier. Is. 52, 12-53, 12 / Sal 30 / Hb 4, 14-16; 5,
7-9 / Jn 18, 1-19, 42.
Sab Rm. 6, 3-11 / Sal 117 / Mt 28, 1-10
Dom. Hch. 10, 34a, 37-43 / Sal 117 / Col 3, 1-4 /
Jn 20, 1-9.