Bajo el nombre Hijos de Santa Ana, se esconde
una espiritualidad única, que está enraizada en la Sagrada Escritura y que está
llamada a contemplar a Cristo Jesús en el Misterio de su Pobreza con un estilo
peculiar: viviendo en Espíritu de
Familia, Pobreza de Corazón y Donación Paterna.
Los HSA amamos a Santa Ana, Madre de María
Inmaculada y estamos llamados a hacerla conocer a todas las personas en todo
tiempo y lugar por medio de María Inmaculada; al mismo tiempo, somos hombres de
oración, misioneros, apóstoles de la alegría y fraternidad en la Iglesia y en
el mundo que queremos atraer a muchas personas a Dios.
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