jueves, 14 de febrero de 2013

FOTOS DE LA PRIMERA PROFESIÓN DE NUESTRO HNO. CHRISTIAN.

"Hijos de Santa Ana"

antes de la Misa
 

Foto con los Sacerdotes Hijos de Santa Ana de Brasil, los del Perú y el celebrante.
 P. Fabio, P. Magno, P.Juan Carlos, P. Cesar, P. Rafael, Diácono Hno. Gary Cesar y P. Patricio.

Introducción Solemne de Hno. Christian y sus Padres.

Familia de nuestro Hno. Christia.

Señor, tú me has llamado, aqui estoy.

Celebrante: Amadisimo Hno. tú ya has sido consagrado a Dios por el agua y el Espíritu Santo. ¿Quieres ahora unirte más íntimamente a Él con el nuevo vinculo de la Profesión Religiosa?
   Neo-Profeso: Si quiero.
 

Momento de la Profesión Religiosa.

Firma de después de la Profesión Religiosa en el altar del Señor.

Crucifijo: Recibe este crucifijo y que Él te recuerde el compromiso hecho: de unirte a Cristo en el misterio de su Pobreza.

Estatuto: Recibe el Estatuto de la Asociación Pública de Fieles "Hijos de Santa Ana" y manifiesta en toda tu vida, lo que con diligencia aprendiste.

Respuesta del Regional Padre Juan Carlos a los Votos de nuestro Hno. Christian.

Abrazos de acogida al nuevo Consagrado.

Abrazos de acogida al nuevo Consagrado.

Abrazos y algunas lágrimas del Hno Christian con su familia.

Comunión con las dos especies.

Palabras de agradecimiento.

La familia de nuestro Hno. Christian.

El brindis. Arriba, abajo, al centro y adentro. salud.

martes, 12 de febrero de 2013

PRIMERA PROFESIÓN RELIGIOSA

"Hijos de Santa Ana"


 Mi gratitud al Creador:

La Presentación de Jesús en el templo constituye un icono elocuente de la entrega total de la propia vida para cuantos, hombres y mujeres, están llamados a reproducir en la Iglesia y en el mundo, mediante los consejos evangélicos, «los rasgos característicos de Jesús virgen, pobre y obediente» (Exhort. Apost. Postsinodal Vita consacrata, 1). 
Doy gracias a Dios, por permitirme ser su consagrado. Por acompañarme con su Espíritu Santo en todas estas primeras etapas que me han ayudado a saber identificarme mas como hijo suyo, como cristiano, a formarme en la fe. Y dentro de la Familia de Santa Ana, entregarme por amor para servirle en cada uno de los hermanos, reflejando el Rostro Misericordioso del Padre. A ver en Santa Ana, madre de la Inmaculada; su protección maternal para con mi familia Religiosa y mi propia Familia. Después de muchas experiencias a lo largo de mi vida, aquella que más me identificó fue que mis Padres, con amor y también con cierta añoranza; me entregaran a Dios y me permitiesen ser su consagrado para amar.  «… hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38), fue la frase que me ayudó a descubrir a Dios día a día.

Tenia siempre a  María cerca protegiéndome. También Madre Rosa formó parte en mi historia. “Vale más un hágase la voluntad de Dios, dicho con resignación  en tiempo de batallas y aflicciones, que tener el don de hacer resucitar a los muertos” expresadas por ella y que me sirvieron para afianzar mi vocación en su Bien Amado. Me siento mas comprometido de rezar por nuestra Iglesia, por las vocaciones en  nuestra Familia Religiosa, la de Santa Ana.  Una vez mas Gracias Padre Santo e imploro siempre tu amor y tu misericordia. Y que sea tu Hijo Amado quien resplandezca más y más.

Especial cariño y bendiciones: Hno. Christian Sifuentes Silva HSA

sábado, 9 de febrero de 2013

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

 
"Hijos de Santa Ana"
 
        El evangelio de hoy nos acerca a un momento de la vida de Jesús. Está hablando de Dios  a la gente, cerca del lago. El gentío es grande y pide a Pedro que lo deje subir a su barca para hablar desde ahí. Cuando termina, lo invita a remar mar adentro para echar las redes. Ahí se produce la confusión.

         Ya habían estado toda la noche trabajando y no habían pasado nada. Pero en su nombre vuelven a echar las redes. Se produce el milagro. Y, curiosamente la reacción de Pedro es parecida a la del profeta Isaías en la primera lectura: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Pedro se da cuenta de que Jesús es algo más que un predicador, que un profeta. Jesús es Dios mismo. No es el Dios en poder de la primera lectura, pero es Dios. Es Dios cercano, hecho hombre, amable, lleno de compasión y misericordia.

         Curiosamente también, Dios actúa del mismo modo tanto en la primera lectura como en el evangelio: salva, purifica, perdona y envía. El profeta se sentía perdido e impuro. Pedro se sentía pecador. A los dos, Dios los recoge, los levanta y los hace colaboradores  de su plan de salvación. “No teman, desde ahora serás pescador de hombres”. Para Isaías y para Pedro, y también para nosotros que escuchamos hoy estas lecturas, se abre un nuevo futuro más allá de nuestras limitaciones, de nuestros pecados.

         Los textos nos recuerda que somos colaboradores de Dios, cada uno de nosotros fuimos elegidos, desde nuestro bautismo, (los religiosos y sacerdotes cuando hemos descubierto nuestra vocación, se ha redoblado esa invitación).

         Como vemos en las dos lecturas, Isaías y el evangelio, se pasa de una situación de frustración a otra de asombro. Cuando Dios actúa en nuestra vida, en nuestra historia personal, siempre causa asombro, si recordamos nos sorprendía nuestra propia elección.

         Pero, por desgracia en nuestro mundo materialista y tecnificado estamos perdiendo esta capacidad de asombrarnos. Nos estamos volviendo materialista, queremos dominarlo todo con un botón, aún las cosas de Dios. Sin esta capacidad estamos ciegos para dejarnos cautivar por Dios.

         La tentación es siempre querer domesticar a Dios para que haga lo que nosotros queremos y no lo que él quiere. Recordemos que Dios es siempre original e indomable.

         Dios nos provoca no para que nos sorprendamos sino para que tengamos confianza en él como lo hizo con Isaías y con Pedro, que tengamos fe, la fe que vence las dudas, que vence nuestra propia indigencia.

         Recordemos que la fe es un don de Dios, pero que tiene necesidad de la cooperación del hombre para crecer. Alejandro Volta decía que: “Considero la fe como un don sobrenatural de Dios, pero no he dejado de lado ningún medio humano para reforzarla y aclarar cualquier duda que pudiera ponerla en peligro”.

         Interrógate:

         Cuando entro en la iglesia y me pongo en la presencia de Dios, ¿me siento perdido como Isaías o pecador como Pedro? ¿O experimento que Dios me perdona, me levanta y me hace su colaborar para extender su Reino?

         ¿Qué significa en mi vida concreta ser mensajero del amor y la misericordia de Dios?