sábado, 20 de octubre de 2012

HOMILÍA DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

"Hijos de Santa Ana"
 
Marcos 10, 35-45. "El hijo del hombre vino para dar su vida en rescate por una multitud"
 
 
 
NO SABEN LO QUE PIDEN, dice Jesús:
        Resulta poco sorprendente la manera de dirigirse a Jesús por parte de los apóstoles, se nota un tono prepotente, egoísta y maleducado. Una petición cargada de deseo de ser el más importante, el primero, de mandar más que los otros y estar por sobre los demás.
        Y la doble respuesta de Jesús pone las cosas en su sitio. Y podemos dividir nuestra reflexión en tres puntos:
        PRIMER PUNTO: ¿No nos parecemos mucho a los discípulos en nuestra manera re rezar? Cuando nos dirigismo al Señor también decimos: queremos que nos concedas, queremos que hagas… lo que te pedimos.
        También nosotros somos exigentes, prepotentes, egoístas, interesados. Queremos que el Señor haga nuestra voluntad, siempre y por encima de todo. Y cuando no es así, nos enfadamos con Él, le echamos las culpas de todo, nos alejamos de Él… Y aunque no sepamos o no queremos escuchar, nos dice: No saben lo que piden…
        Necesitamos revisar nuestra forma de rezar y nuestra actitud ante el Señor. Tal vez nos falta humildad, paciencia y confianza, porque Él sí sabe lo que necesitamos y nos lo concede en el momento oportuno.
        SEGUNDO PUNTO: El primero, el más importante, no es el que más manda, sino el que más sirve.
        No hace falta repetir lo que comentamos hace pocos domingos: que para el Señor la medida del amor por los demás es el servicio. Y siempre hemos de estar dispuestos y disponibles a realizarlo.
        Quizás hoy deberíamos revisar la calidad de nuestro servicio: si lo hacemos por obligación, a la fuerza, renegando, de mala gana y con malas formas, o poniendo el corazón y toda nuestra bondad en cada una de nuestras palabras y nuestras obras.
        Un servicio mal hecho, hecho sin el corazón, no es presencia del amor de Dios, no hace que el otro se sienta amado y agradecido. El servicio hecho con amor, con el corazón, genera amor y gozo en quien lo recibe y siente cercano a Dios. Esto nos lleva a interrogarnos, ¿Cuál es la calidad de nuestros servicio?
        TERCER PUNTO: Servicio hecho con amor, con el corazón, es el que hace también los misioneros, manifestando su preocupación por le bienestar y la atención a las necesidades de aquellos  que quienes conviven, hacen presente el amor a Dios y ayudan a descubrir que todos somos hermanos e iguales en dignidad. El domingo de las misiones nos debe hacer tener presente a aquellos que trabajan en países lejanos por construir un mundo que Dios quiso y hablar de Jesús a quienes no le conocen, para acompañarles con nuestra oración y con la solidaridad del apoyo material que necesitan para realizar sus proyectos. Evangelizar es una tarea de todos.
        Precisamente nuestro Papa, Benedicto XVI nos recuerda en el documento Porta Fidei, a n° 7: «Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe»
        Reflexionemos:
.- ¿Crees que Jesús escogió el mejor camino para salvarnos (hacerse servidor de todos)?
.- ¿Te preocupas de verdad de hacer fieles a los que te rodean, especialmente a tu familia y a tus amigos?
.- ¿Crees que esa es la mejor forma que tienes de dar testimonio de Jesús?

No hay comentarios: